
DIBUJANDO SILENCIOS
Al anochecer,
me sorprendió esa tinta del horizonte
su color violeta,
su blanco de sal en las nubes
la sensación de un sueño.
Los cuerpos tumbados en la arena
escuchando ese silencio.
No es mi voz la que resuena
son tambores del recuerdo
que te hielan los huesos.
Tienes que seguir adelante
sin haber dicho a tu madre que la quieres,
entonces no estaba de moda decirlo
(a todas horas)
dibujando un corazón con las manos,
acercando tus besos a su oído
en cualquier parada de autobús.
Ella lo sabía, pero quizás, no lo escuchó
cuando debía, cuando se iba,
cuando tú lo sentías
y ahora,
tienes que seguir dibujando ese silencio
de aquel
último instante.
VIVIR
Se agotan las fuerzas
cuando entretienes la tarde
en las miradas de ayer
de todos los días
de todos los mundos
La escalera del exilio
(empinada)
no era una lengua de mar,
eran océanos de esperanza
en busca de un camino
que te acariciara, que te mimara,
respirar y vivir
aquella otra realidad
Y si tiene que llover
que llueva
y que me moje
que me inunde y me limpie
que el tiempo pasa deprisa
para deletrear con fuerza
para deletrear despacito
incluso en silencio
incluso sin palabras
La palabra libertad
SALIR ILESO
Cuando pasan los años
adivinas esas mareas absurdas
que empañan tus labios,
y te hacen pensar que ya es tarde
que ya no da tiempo a nada
Y no puedes salir ileso
de ese maremagnum
que arrebola tus mejillas
como un golpe de martillo
Escondes la razón
cerca de donde duele
y decides volar
remover la tierra con el aire
con cientos de ideas perdidas.
Te pruebas a ti mismo
haciendo garabatos de seda
de esos que vuelan sin rumbo
que tocan la luna
y vuelven con savia nueva
para no tocar fondo
para inundar tu memoria
apretar fuerte la vida
y hacer que lo tarde no sea tarde
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